Gazpacho de mi madre contra pitagóricos

Mi familia es un tanto especial. Aveces mi madre me dice que es porque en todas las familias hay de todo, y como la nuestra es tan grande… pues hay de todo elevado a X.
Entre uno de los tesoros de mi familia, de mis favoritos es sin duda mi tío Antonio, él es artista. De pequeña siempre nos hacia dibujos a todos los sobrinos, y durante años mi hermana y yo tuvimos en la habitación unos dibujos a lapiz hechos por él.
Además de eso siempre estaba cargado de historias, algunas me dejaban sin dormir, y otras con la boca abierta. Aun hoy, eso sigue ocurriendo…
Un dia en la cocina de mi casa le dije que por qué no tomaba gazpacho (ya que el gazpacho de mi madre es el mejor gazpacho del mundo, y pobres mortales, aunque os dé la receta jamás podreis conseguir que sepa como el de ella) Pues bien, mi tio me respondió que él no podia tomar gazpacho, ya que el gazpacho de mi madre esta hecho de habas secas, y él como era pitagórico no podia tomar habas. Me quedé un poco en blanco, porque yo no tenia ni idea de quienes eran los pitagóricos, como mucho Pitágoras. Pero dos años más tarde me vi en clase de Filosofía Antigua estudiando a los pitagóricos. Al fin mis dudas iban a ser resultas.
Los pitagóricos eran bastante "especiales" No solo contaban historias subrealistas sobre Pitágoras, como aquella en la cual se le vio uno de sus muslos de oro en el circo. Si no que creían que todo estaba regido por la perfección numérica y el arte, además creían en la reencarnación y tenián ciertas reglas absurdas. Por ejemplo:
No pasar por encima de una balanza. Vale, puedo entender que era una metáfora de “no desafies la ley”
No roerte el corazon. Vale, otra metáfora…No te preocupes por lo que no tiene remedio, diría yo.
Pero lo de las habas… ¿por qué? ¡Si estan muy ricas! Dicen que tiene la forma de universo durante el caos. No me lo creo, si era el caos, el caos no tenia forma.
Que tenian la forma de los testículos de Cronos. Nunca jamás los testículos han tenido forma de habas, que he visto muchas habas.
O que era lo que se usaba para realizar las votaciones en la antigua Grecia, en cuyo caso sigo sin saber que escondia esta metáfora, y mi profesor tampoco supo explicarmelo nunca.
La cuestion es que yo sigo con el misterio de por qué los pitagoricos no comen habas, mientras mis colegas de universidad tienen una duda quizás mas profunda “¿Cómo que tu tio es pitagorico en pleno S. XXI?” 
En fin, el se lo pierde:


Gazpacho contra pitagoricos:

(la receta es la de mi madre, si quereis que os salga bien, nada de medidas profesionales: ojímetro y calculos de toda la vida)

  • 2cucharadas soperas de harina de haba seca (en el corte ingles será más facil conseguirla, eso,o secar habas y luego triturarlas, antes mi madre lo hacia)
  • 1vaso de aceite de oliva, virgen extra. Nada de aceites ligeritos de cascos, que si no no sale igual.
  • Sal al gusto.
  • Vinagre al gusto.
  • 1 ajo (en eso yo discrepo, pero la receta es de mi madre)
  • 1,5litro de agua.

Poner primero la harina, el ajo y medio litro de agua e ir añadiendo el aceite. Después se añade el resto del agua y se rectifica de sal y vinagre. Según guste más sustancioso o menos, se puede añadir más o menos agua.

¿Cómo empieza esto?

Hoy, de camino a casa, pasaba por delante de casa de mi vecina y escuchaba que le decía a su nieta "Esa niña también era muy mala para comer" Me emocioné un poquito al recordar aquellos días en los que yo era la niña que, sentada en la mecedora, intentaba zafarse de la odiosa comida. Y mira ahora... como de todo, es más, podría ir atando cada uno de mis recuerdos a un sabor diferente y así tejería una gran colcha con la que cubrir toda mi vida.
De aquella época en la que éramos seis en casa, y mis padres se iban a trabajar fuera, recuerdo el sabor de las patatas fritas, que Antonia (la vecina) me cocinaba para conseguir que comiese algo. Era sin duda mi plato favorito: huevos y patatas fritas. En mi memoria guardo junto al recuerdo de aquellos días, el olor al aceite hirviendo y todos los recovecos de aquella cocina. Algo tan simple puede atraer tantos recuerdos…
Efectivamente, de pequeña, era horrible para comer, a todos desesperaba. Desde mis padrinos cuando venían de vacaciones, a mis hermanos cuando cuidaban de mi… la cuestión es que la hora de la comida era un autentico tormento para mi, y para los que me rodeaban.
Luego fui creciendo, y así fui descubriendo otros sabores, y mundos en cada uno de ellos. Puedo incluso atribuir un sentimiento a cada uno de ellos, si estoy triste nada me reconforta más que un plato de lentejas, así de simple. Me recuerdan a mi abuela. Y su recuerdo, aunque triste, siempre es reconfortante. Aunque nunca volveré a probar las suyas, su receta. Al igual que los jardines colgantes de Babilonia es una maravilla del mundo que desapareció, y que algún día espero contarles a mis nietos que existió, mientras cocino algo que atesoren en su memoria a través de sus papilas gustativas.
Y de pronto un día, de ser la niña que odiaba la comida, pase a ser la que disfrutaba tanto con ella… que decidí ser cocinera. Pero como me gustan tanto las historias…prefiero contaros algunas